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OEA y LA SOBERANIA CONCULCADA

Con la OEA en casa, el Perú tiene una democracia tutelada

Publicado: 2022-10-24

1. La 52ª Asamblea General de la OEA, con Luis Almagro de Secretario General, se realizó entre el 5 al 7 de octubre de 2022 en Lima, Perú. Esta es la tercera vez que nuestra ciudad capital es sede de este evento. La primera vez fue en 1997 y la segunda en 2010.

Su declaración final redunda en lugares comunes como son las condenas a Nicaragua, Venezuela y Haití por la “violación de derechos humanos”. No faltan los enjuagues diplomáticos como aquellos de expresar apoyo al derecho de Argentina sobre las Malvinas o a la lucha que Colombia libra por la paz. Luego vendrían los “saludos a la bandera” como aquellas de “mayor participación de la población” en la toma de decisiones hemisféricas, la “lucha contra la desigualdad y la discriminación”, la “defensa de la democracia y la institucionalidad”, el multilateralismo, etc.

En ese marco, se promovía “discretamente” el apoyo explícito a Castillo, aun cuando no se ahorraron palabras y términos para halagar la casi “perfecta” organización del evento. Harold Forsyth y César Landa, en ese orden, se regodeaban de infinita satisfacción. Eran adelantos subliminales del respaldo a Castillo que vendría días después.

2. Mientras se producían los discursos de Presidentes y Cancilleres, algunos de ellos importantes y de trascendencia junto a otros anodinos, H. Forsyth (Representante del Perú ante la OEA y Vicepresidente de su Consejo Permanente) y M. Rodríguez (Representante del Perú en las NNUU), secundados por Landa en la parte operativa y logística, daban curso a los clásicos cubileteos y lobbies políticos orientados a generar un “clima favorable” en el organismo hemisférico para que, cuando llegue el pedido del Perú de activar la Carta Democrática, sea atendido de “manera célere”. Y así fue.

3. De hecho, el cubileteo y lobby terminó exitosamente. L. Almagro había caído en los “encantos” de Forsyth y Rodríguez, pero no gratuitamente, sino a cambio de salir “limpio” de la mugre acumulada en su pobre y servil (frente a EEUU) desempeño como Secretario General de la OEA. Éste era un buen momento para ello. Su pasado “izquierdista”, si es que lo tuvo, fue enterrado con su traición a José Mujica quien lo catapultó a ese cargo. Como todo trásfuga, no tuvo ningún remordimiento de conciencia cuando decidió ponerse al servicio de EEUU, recuperando la condición de “Ministerio de las Colonias” para la OEA.

4. Harold Forsyth y Manuel Rodríguez juegan sus cartas de manera efectiva y logran el compromiso de Almagro para convocar una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, en el plazo más breve posible, con un único punto de agenda: la crisis en el Perú. Ansioso por algún reconocimiento que atenúe su desprestigio, Almagro se dispuso a cumplir su promesa apenas tuviera en sus manos la solicitud del Perú, la misma que, firmada por Pedro Castillo y César Landa, fue entregada el 12.1022 a la SG de la OEA.

5. Almagro cual niño tras su caramelo, o tras de una zanahoria, convoca presuroso al CP a sesión extraordinaria para el 20.10.22, mediante el documento CP/INF. 9504/22 y fijando como único tema de agenda la situación del Perú, mediante documento CP/OD-2400/22. De esta manera se consumaba dos hechos: a) el Perú renunciaba a su soberanía política y hacía evidente su incapacidad para resolver la crisis interna; b) el Perú aceptaba el injerencismo la OEA, arropada de “democracia” y “legalidad” otorgados por la Carta Democrática pero, desde una posición nacionalista, carente de “legitimidad”.

6. El CP emite la Resolución (CP/RES. 1208/22) con el título de “RESPALDO A LA PRESERVACIÓN DE LA INSTITUCIONALIDAD DEMOCRÁTICA Y LA DEMOCRACIA REPRESENTATIVA EN EL PERÚ! Es lo que, en el lenguaje diplomático, se estila, un anuncio rimbombante pero genérico. Esta vez se optó por precisar, de manera inusual, el objetivo y línea con la que trabajarán en el Perú: “Expresar su solidaridad y respaldo al Gobierno democráticamente electo de la República del Perú” dice su numeral 1, mientras que en el 2 exhorta a que todos los protagonistas guarden la calma y se pongan a disposición del diálogo que promoverá el grupo de alto nivel enviado por la OEA.

7. A todas luces, la OEA decidió respaldar la permanencia de Castillo y, claro, también del Legislativo hasta el 2026. ¿Por qué le interesa a la OEA esa “salida”? Porque, en los cálculos geopolíticos de estos tiempos, es mejor un “malo conocido que uno nuevo por conocer”. Nadie mejor que Castillo para seguir con el recetario neoliberal y, mucho mejor aún, alineado sin condiciones a EEUU. Igual razonamiento es aplicable al Congreso, donde la ineptitud es el mejor aliado del imperialismo yanqui. No les interesa tener, en estos momentos, resultados electorales como los que se dio en Colombia y como el que se viene en Brasil.

8. ¿Y el pueblo? Como “no hay mal que por bien no venga”, es altamente probable que la “salida” que encuentre la OEA, incluya una Asamblea Constituyente, como ocurrió en 1993.

Lima, 24 de octubre de 2022


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