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CELAC

“No intervención, autodeterminación y solución pacífica de controversias”

El Presidente del Perú, Pedro Castillo, estará presente en la VI Cumbre de la CELAC, auspicioso y esperanzador encuentro regional. Es una gran oportunidad para relanzar propósitos de integración y cooperación entre iguales, entre países soberanos, en una lógica distinta a la que impuso la OEA.

Nilo Meza M.

Publicado: 2021-09-17

Luego de cuatro años de haberse realizado en República Dominicana, la Cumbre de Jefes de Estado/Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en su VI versión, se realizará el sábado 18 de setiembre de 2021 en la ciudad de México. Sin EEUU ni Canadá, pero sí con Cuba.

La CELAC, fundada en febrero de 2010, en México, es un mecanismo intergubernamental que, integrada por 33 países, promueve la integración y desarrollo de los países latinoamericanos y caribeños. En ese escenario, estará el Presidente del Perú, Pedro Castillo. Esperemos que esté a la altura.

¿Cuál es la agenda de este importante y estratégico conclave regional?

El sinuoso desempeño de la OEA y del propio Secretario General, Luis Almagro, se ganaron a pulso la atención de todos los presidentes y líderes que estarán en la VI Cumbre. La mayoría con una clara y expresa voluntad de desactivar ese mecanismo controlado por EEUU o, por lo menos, reformarla sustantivamente a efectos de que sirva, efectivamente a la integración continental y no sea una herramienta del intervencionismo norteamericano.

Adquiere consenso la idea de que, actualmente, la OEA “no funciona y no ayuda”, más al contrario, “divide y enfrenta” unos países contra otros. Por ello es que requiere una sustantiva reforma o sustitución por otro mecanismo más plural y representativo, como lo dijo Rafael Correo en 2013. El presidente López Obrador, en la actualidad, es mucho más firme y señala que la región necesita un organismo multilateral respetuoso de la soberanía de los pueblos y no un “organismo lacayo de nadie”.

Esta propuesta tendrá, como es previsible, la más dura oposición por parte de Piñera (chile), Duque (Colombia) y Bolsonaro (Brasil) que, prefieren seguir siendo apéndices de la estrategia geopolítica de EEUU, quien, añorando la doctrina Monroe, sigue creyendo que la OEA es su “Ministerio de las Colonias”.

Las razones para poner en tela de juicio a la OEA han ido escalando en el tiempo, pasando de críticas tibias a expresos cuestionamientos de la conducta de Almagro y de la propia OEA. Los casos más recientes son lapidarios para el prestigio, si alguna vez lo tuvo, de esa institución:

• El “fraude” inventado en Bolivia en contra de la voluntad popular, es el más deshonroso acto para la OEA perpetrado, de manera personal, por Luis Almagro. No solo hizo que se anulara la elección de E. Morales sino que propició un golpe de estado al más puro estilo tradicional, con ejército incluido.

• Luego, consumado el golpe y en plena acción, no dijo ni una palabra frente a la represión que se generalizó contra los movimientos populares bolivianos, especialmente contra líderes del MAS.

• Las intervenciones de la OEA, con la excusa grotesca de la “defensa del orden democrático”, en las asuntos internos de Nicaragua y Cuba constituyen injustificables actos de intervencionismo y violación de del derecho a la libre determinación.

• Igualmente, frente a la brutal represión desatada por los regímenes de Piñera, Duque y Bolsonaro, en contra de las masivas protestas, nunca hubo una expresión de rechazo o llamada de atención.

Aun cuando las razones para reformar o disolver la OEA son sustantivas, no será fácil lograr ese cometido. La normativa al respecto protege a esta institución de este tipo de acciones. Por esta razón, cualquier decisión que adopte la CELAC sobre la OEA pasará a consideración del pleno de ese mecanismo, donde se requieren 26 votos de los 34 miembros para su reforma o desaparición.

Cualquiera sea el resultado en CELAC, luego en la propia OEA, será inevitable que las máscaras de la hipocresía de los “demócratas” y los “defensores” de la no injerencia y la libre determinación de los pueblos, irán cayendo. Y no está descontada la eventualidad de que la indignación al interior de la OEA de paso a que, de manera gradual y sistemática, sus miembros se vayan retirando hasta dejarla vacía de contenido, literalmente.

Lima, 17 de setiembre de 2021.


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