¿QUÉ MICHI ESTA PASANDO EN EL SALVADOR?
El Bitcoin se ha convertido en la manzana de la discordia
CONOCIENDO AL “POPULAR” NAYIB
Nayib Bukele, es un maestro de la publicidad y, desde muy joven, le ha gustado la política. Su padre, de origen palestino, era el encargado de imagen del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Sus primeros trabajos los hizo con él y, a la vez, era representante de la marca Yamaha en El Salvador. Sus antecedentes económicos, así como el no despreciable patrimonio que se le atribuye, hacen que se diga de él que “vivió en una cuna de oro”
Entre 2015 y 2018, a sus 34 años, fue candidato a la Alcaldía de San Salvador, capital de El Salvador, por el FMLN. Ganó las elecciones y parecía obvia su filiación izquierdista. Desde entonces mostró un dinamismo inusual y eficaz en el combate contra la delincuencia que, aun, sigue siendo un flagelo. También, hay que decirlo, daba señales de su poco aprecio por la “democracia” tal como funciona en Latinoamérica.
Al terminar su mandato en la Alcaldía, Bukele rompe con el FMLN porque le negaron ser su candidato a la presidencia. Y como él quería ser presidente, en otro gesto de audacia, no dudó en subirse al carro de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), de raigambre nacionalista y con denuncias de corrupción. Lo único que le importaba a Bukele es que tenían el Registro Electoral que su partido, Nuevas Ideas (NI), no lo tenía.
No se necesita mucha elaboración analítica para prever que se venía una encarnizada lucha en el FMLN y GANA. Además, tendría al frente a la derecha tradicional y ultraconservadora de El Salvador. En ese escenario se forjó la imagen del joven “rebelde e idealista” que encandiló a las juventudes de ese país que representa aproximadamente el 50% de su población.
Sus frases de combate electoral eran una clara respuesta al orden establecido plagado de corrupción, injusticias y delincuencia sin control. Era, decía Bukele, la herencia que dejaba el bipartidismo que se turnaba en el poder desde hace década. “Que devuelvan lo robado”, repetía sin cesar en cada mitin, en cada intervención pública, convirtiéndolo en un eficaz eslogan de campaña que sus seguidores repiten como un mantra. Ganó las elecciones en primera vuelta, de manera abrumadora, a su principal contendor que era el FMLN.
SU DESEMPEÑO COMO PRESIDENTE
Se le conoce como el joven que pasa su vida frente a computadores, laptop o su celular, porque los usó óptimamente en su campaña y, claro está, en su gobierno. Este “joven”, en menos de dos años de hacer obras por acá y por allá, a punta de disposiciones trasmitidas por redes, terminó dando un mensaje claro a la población: él estaba en el gobierno para hacer obras y no perder tiempo dando respuesta a sus críticos. Se dio tiempo para criticar a organismos internacionales como la OEA (desprestigiada por Almagro) y a organizaciones defensoras de los DDHH, como el Human Rights Watch. Claro, todas ellas no tardaron en “advertir” que Bukele estaba en camino a un régimen autoritario.
En estos dos años como presidente, su principal herramienta de trabajo, difusión, comunicación y publicidad fueron las redes sociales. A través de ellas han cesado ministros, ha supervisado obras públicas, ha criticado a la prensa, etc. También, a través de las redes se las arregló para tener a policías y militares frente a la Asamblea legislativa (febrero 2020) para “persuadir” a los parlamentarios aprobaran unos fondos para su política de seguridad. Este hecho.
Su desempeño como un gran “ejecutor de obras”, no solo estaba dando por concluido ese largo período del bipartidismo, sino le permitió un holgado triunfo de su partido, “Nuevas ideas”, en las elecciones legislativas que se llevaron a efecto en febrero de 2021. Con este resultado, sin duda, acumuló más poder para “hacer y deshacer” en El Salvador, inclusive es posible un cambio constitucional que, a juicio de Bukele, la actual constitución es madre de la corrupción.
Los triunfos políticos no atenuaron su enfrentamiento con la prensa, al contrario, fue in crescendo, hasta el punto de someter a investigación por lavado de activos a un medio que se reclama “independientes” como “El Faro”. De igual manera, su relación con los otros poderes del Estado que no aceptan a pie juntillas su poder y sus disposiciones, escalan niveles de conflicto que no anuncia un buen final. Su lucha esmerada contra el bipartidismo y, en general, contra esquemas que dividen la política en izquierdas y derechas, adquirió sus niveles más altos cuando el eje de la contradicción principal en El Salvador confrontaba al 2% de la población que concentra la riqueza y al resto de la población que sería a víctima de “200 años de corrupción”.
Su núcleo duro de consejeros y estrategas se reduce a tres de sus 9 hermanos (Karim, Ibrajim y Yusef), con quienes toma las más importantes decisiones de su gobierno.
LA ECONOMIA DE EL SALVADOR Y EL BITCOIN
El Salvador tiene 6.4 millones de habitantes. Su PBI es apenas superior al 10% del que tiene el Perú. O sea, desde el punto de vista económico, es insignificante su importancia en la economía latinoamericana y, mucho menos, mundial. Pero desde el punto de vista de la violencia callejera y la delincuencia, es uno de los que baten record mundial.
Y, sin embargo, ha logrado convertirse en tema de agenda global al haber adoptado el BITCOIN como moneda de curso legal y, junto al dólar americano, será divisa oficial. Nayib Bukele (40 años), presidente de ese pequeño país, es señalado como autor y promotor de esta medida considerada como la primera experiencia en el mundo. Hasta ahora goza de niveles de popularidad cercanas al 80%.
La puesta en marcha de la cibermoneda tiene notables opositores: un sector de poderosos empresarios y banqueros pegados a la tradición (con representantes en el Parlamento) que, movilizando sectores de la ciudadanía salvadoreña, exigen la derogatoria de la “Ley Bitcoin”. Siendo Bukele hijo de empresarios y no con poca fortuna, las contradicciones en el seno del empresariado no parece ser exclusividad de El Salvador, pues también lo vemos en otros países, como signo de tiempos en que la crisis del sistema capitalista parece permanente.
Aunque la medida ha sido bien acogida por el mundo de la tecnología, los salvadoreños creen que el gobierno está convirtiendo el Salvador en un laboratorio mundial de la cibermoneda. Los temores por la volatilidad de una moneda que no tiene uso oficial en otra parte del mundo, no dejan de tener fundamento.
En el terreno estrictamente práctico, los salvadoreños no tendrían ningún problema para usar el bitcoin en todas sus transacciones, pues tendrán a su disposición un aplicativo (cartera virtual) denominado Chivo Wallet, con el cual podrán, de ser el caso, retirar dólares de los 200 cajeros automáticos instalados en el país para tal fin. Según Bukele, el uso del bitcoin beneficiará económicamente a quienes (1.6 millones de ciudadanos) reciben remesas del extranjero (aproximadamente US $ 5.9 MM, equivalente al 20% de su PBI), pues ya no tendrán que pagar comisiones.
Lima, 14 de septiembre de 2021
https://www.invertirjoven.com/nayib-bukele-que-esta-sucediendo-en-el-salvador/