¡No son 30 pesos… son 30 años! gritaban las multitudes en las grandes movilizaciones de octubre 2019 que dieron lugar a la Convención Constituyente que se acaba de elegir. No era solo la abusiva alza de los pasajes en el metro, sino 30 años de neoliberalismo y maltrato al pueblo, a su juventud.

Como en el Perú, los partidos de derecha e izquierda pierden y los “independientes”, de claro signo zurdo radical, ganan. Sumado al bloque del Partido Comunista y el Frente Amplio, se configura un mapa político donde, además de representar con claridad la voluntad del pueblo chileno expresada en las luchas de octubre 2019, la derecha ha sido literalmente humillada.

El tamaño de la derrota sufrida por la derecha chilena

Veamos los números. Los 155 escaños Convención Constitucional, 78 ocupados por hombres y 77 por mujeres, configuran el siguiente mapa político:

O sea, si sumamos Apruebo Dignidad y la Lista del Pueblo, tendríamos 55 escaños; si además le sumamos los 11 independientes no neutrales, unos 5 de la Lista Apruebo (Socialistas e independientes), otros 5 de “otros independientes” y uno 8 de Pueblos Originarios, la izquierda tendría un total de 84 votos en la Convención Constitucional. Mientras que la derecha sumando Vamos Chile y Apruebo (sin los 5 restados), apenas sumaría 57 votos, lejos del tercio con el que contaba para boicotear la elaboración de una Constitución que reflejo el cambio que quiere Chile. Sin considerar los 17 cupos asignados a los Pueblos Originarios, se ha estimado que la CC tiene 50 militantes de partidos, mientras que los independientes alcanzan la cifra de 88.

La ciudadanía con esta votación castigó a Piñera y sus aliados por la brutalidad de la represión en las jornadas de lucha y movilización popular que hizo posible el referéndum. También sancionó la desastrosa gestión de la pandemia y le dijo basta al saqueo de sus recursos propiciado por el neoliberalismo supuestamente ejemplar en Latinoamérica sin aproximarse a la solución de los problemas de pobreza en el país.

La derecha ha sufrido un serio revés desde 1965, precisamente frente a la Democracia Cristiana, más socialdemócrata en ese entonces. En esta ocasión no solo la ultra derecha sufrió la derrota, sino también la otrora poderosa Democracia Cristiana, ya derechizada, que apenas contará con 3 de los 155 escaños con que cuenta la Convención Constituyente.

¿Legitimidad en cuestión?

De los 14.9 millones de chilenos convocados, solo el 41% de ellos acudió a votar, hecho que estaría poniendo en agenda la interpretación de la legitimidad del cambio constitucional frente a “tan baja concurrencia”. Es más, algunos interpretan que esta participación electoral no estaría reflejando el sentimiento ciudadano de los movimientos de 2019 y que convocó la participación de más del 51% del electorado en el Referéndum.

Tal vez, lo ocurrido, sea una invitación a revisar el tema de la obligatoriedad del voto. Pero no necesariamente si se tiene en cuenta la tendencia histórica de la baja a participar en elecciones de la ciudadanía chilena, debido a su percepción de que la política y los políticos no están haciendo bien las cosas. Y tampoco puede ser un buen referente la participación que se tuvo en el referéndum (51%), puesto que en esta ocasión se dio la participación de una ciudadanía en pie de lucha y, votar por el referéndum, era una de sus metas más preciadas.

Agenda de la Convención Constituyente

Seguramente habrá muchos temas, pero los que sobresalen son los siguientes:

• Régimen político y sistema de gobierno… distinto al presidencialismo concentrador de poder

• Descentralización y Regionalización

• Pueblos originarios y plurinacionalidad

• Modelo de desarrollo económico

• Diseño del Tribunal Constitucional

• Derechos económicos y sociales

• Autonomía del Banco Central

El Frente Amplio + Partido Comunista

Estas organizaciones fueron los más votadas y mostraron un importante avance político en la ciudadanía. El Partido Comunista, considerado como uno de esos “partidos tradicionales” destinados casi a desaparecer, salió fortalecida doblemente al haber ganado el Municipio de Santiago, bastión de la derecha desde hace década. Mientras que los independientes, sin militar en los partidos de izquierda conocidos, se caracterizan por su radicalismo y firmeza en sus planteamientos, lo que augura una nueva Constitución radicalmente distinta a la pinochetista.

Por tanto, los estallidos sociales de octubre 2019 no solo fueron un estado de malestar ciudadana, sino un anuncio de que algo más orgánico y duradero en términos políticos y constitucionales. Era una nueva generación tomando para sí las riendas del destino de chile.

La irrupción de “independientes” (la mayoría candidatos de “Lista del Pueblo”, protagonistas de las movilizaciones de octubre 2019) revela, aunque de manera dispersa, el hastío con la clase política de izquierda y derecha.

“Estamos siendo interpelados por nuevos liderazgos”, decía Piñera, entre lágrimas, desde La Moneda, reconociendo su fracaso estrepitoso.

Lima, 20 mayo de 2021