El 15 y 16 de mayo de 2021, Chile estará eligiendo a 155 miembros de la Convención Constitucional (CC) que se encargará de redactar un nueva Constitución. Este proceso se realizará conjuntamente a las elecciones municipales y regionales de ese país.

Recordemos que esta conquista popular fue resultado del Plebiscito Nacional (Referéndum) que se realizó el 25 de octubre de 2020, ocasión en que el 80% del pueblo chileno dio el “apruebo” al proceso constituyente que terminará con la redacción de una nueva Constitución.

Ese logro cerraba con broche de oro una larga e intensa lucha del pueblo chileno, donde el protagonismo fue conferido a sectores de izquierda y centro izquierda que, fieles a la inmadurez, hoy están absurdamente fragmentados frente a una derecha que aprendió la lección y enfrenta unida el proceso constituyente,

La CC tendrá 9 meses para presentar un texto de nueva Constitución. El plazo podría ampliarse hasta 3 meses más, por única vez. A mediados de 2022, se estaría convocando a un nuevo Referéndum que apruebe o rechace el texto preparado.

¿Quiénes pueden participar?

Todos los partidos políticos vigentes, pese a su amplio rechazo y desafección. Esta situación, a su vez, está dando lugar a la “emergencia” de personas y grupos que reclaman para sí “independencia partidaria” y están ocupando espacios que la izquierda fragmentada va dejando. Ese sector de independientes (individual y colectivamente) han puesto un 62% de candidatos en actual pugna por ocupar un lugar en la CC.

Los Pueblos Originarios tienen reservado 19 cupos, cuya elección será por distrito múltiple conforme a criterios establecidos en la Ley que norma este proceso. Así mismo, la paridad de género está claramente establecido, sin lugar a interpretaciones.

Carácter antidemocrático de la CC.

En primer lugar, no parece democrático quitarle a la CC el derecho de normar su funcionamiento, pues la ley que da curso el proceso constituyente establece que la aprobación de cualquier artículo del nuevo texto constitucional necesitará de una mayoría calificada de 2/3 de sus miembros.

Si se tiene en cuenta que, históricamente, los sectores de derecha siempre han logrado una representación superior al tercio en las diferentes cámaras de representantes, entonces esa CC estará bajo amenaza de veto permanente que impedirá alcanzar los 2/3 para aprobar el articulado del texto constitucional. Esta situación establece una extraña paridad de poderes cuando para aprobar se requiere 2/3 de los votos, y para desaprobar solo 1/3. ¿Eso es democrático, o no?

Lima, 03 de mayo de 2021